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EVOTO S.
'Pide Cartas de recomendacion para las Synagogas
Cle Darnafco. Sera l ea fo para que le ayuden
a
[acar dul–
cemente
a
fus hermanos
d
l engaño
y
del error en
que los confideraba
metidos~
Ni gor pienfo. Pidelas
para fepultJ.rlos
a
todos en .profondos1calabozos
~
pai:a
cargarlos de cadenas . Todo zelo
fa~[o
es duro,
y
def~
abrido. Sirvele de pretexto la R eligion; pero el
mó–
bil principal que le rige, el verdadero moti vo que le
~fftma,
es el efpí ritu de indignacion
y
de encono.
Mas
-o! y
qu é
dificil e cur J.r una enferm.eidad que
eíl:~.array~
gada en el corazon
y
en
el
encendimiento.
Para convertir
a
Saulo fue meneíl:er ceg4rle.
La
luz
de fus ojos fo1amente le fervia para que viefe me·
nos.
Si luviJ.
de
vér
con claridad , era meneíl:cr que
defconfi~fe ,
que
renunci~fe
fu
propria
luz.
Mil pre.
ocllpaciones finieíl:rás alimentaban
fu
paílon;
fu
orgu..
llo
la encendia. Precifo era extinguir todo eíl:e fuego :
y
para efl:o fue necefario
un
milagro. Huvo de baj:u:
del
Cielo una núeva claridad que derrib'.1[e en tierra
aquel
~fpírim
org ullofo. Ntmca fe acompaí1ó con
el
falfo zelo la vii:md de la humildad. Fue meneíl:er mu–
dar
aquel
corazon maligno
y
duro ; hacer dócil aquel
ánimo impernofo
y
¡ero.
O
quánros mibgros fon me..–
n eíl:er p:ua cu rar un zdo falfo
!
Ilufüe prutlba es de
e[.
to
la
converGon de Sa.ulo.
Señor, qué quercis
qite
haga?
.Q
qué
diferenc i:i de diB:ámenes ,
y
qué
di
v i;Gdad
de
lcngulge
!
Vay,a
Saulo
a
faber de An :inías
lo
que
d
be
creer,
y
lo que debe obrJ. r.
iempre nos
habb, fiem–
-pre •nos infhu y.e Qios por el Oráculo
de
la Iglefta. ·
~~mo
vá de 1
zelo de Satilo
al
zelo de Pablo? Aquel
folo
r
ípira mue rtes; é íl:e íolo :iltenta
la
fal v.1 cion de
todos los
hombr~s,
a
e~emplo_
de Jefü-C hrifio.
:.
Eee
El
Dia
XXV.
•