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EXE(j?.._CICIOS
l!I1eió.
no admitir nunca otro Efpofo que
a
Colo
Jefü-Chri.íl:o .
No tenia mas que trece aiíos , quando
fu
hermofur1>
y
fü
'raro mérito hacian gran ruido en la Corre.
Vióla un dia por accidem:e Procopio, hijo de
Sym·
pluonio, Govern:idor de Roma ,
y
quedó tan ciega–
mente enamorado de ella, que refol vió romarb por
eípofa. informado
el
padre de b calidad; ,
y
de las
grandes prendas de la donc1..lla, aprobf mucho el pen–
famiemo de
Cu
hijo : pero era men frer el conlenri–
miento de Inés. El primer pafo qu di6 Procopio fue
enviarla un i;ico tegalo.., .declarandob. al miímo tiem–
po el fin de fus honefros defeos. Pero el defayre que
le hizo en no recibirle ,
y
el defprecio con que fe le
volvió, no produjeron otro cfeéto que el de aumen–
tar
fu
paíion. Sirvióíe de quantos artificios pudo ,
y
de quantos medios difcurrió para conqu iíl:arla : ruegos,
promefas, amenazas, todo lo empleó
;
pero todo in–
utilmenre. El último recurfo de que fe valió fue buf–
car modo para hablarla él mifmo, no dudando que al
cabo [e rendiria
a
[us ternuras '
ya
füs folic iraciones.
Pero todo quamo pudo fugerirle una paÍlon ciega,
vehemente y perfuaÍlva, folo firvió para de fi ngañar–
le de la ineficacia de
Cus
mayores esfuerzos ; porque
animada Inés de un efpíritu ,
y
de una firmeza muy
füperi or
a
fus años , le.dixo con refolucion :
Apartat~
de
1:11~,
aguijon-del
pecado
,
tentador importuno
,
1
MJniftro
ael
padre de las tinieblas.
No
te
ctSrljes en
afpirar
a
la
mano
de una doncella, que
y á
e/lá
pro–
metida
a
un Efpo{o
inmortal , ímico Dueno
de tod<J
el
Vniverfo
,
y
qi>e fo/o difpenfa fus
favores
a
las
vírgenes
puras
y
ca(tas.
Yna
refolucion
tan mageíl:uofa ,
y
una
retpudb
tan
..