(DE
V
OTO S.
tn
ut1l
Jlma
el
amor de Jefü-Chriíl:o. Mírafe con deC–
precio
el
defagr.1do del mundo,
y
los re fpetos huma–
nos; no fe tiene vergüenza de cumplir cada qu::il cor1
li.1
de ber, quando no fe riene vergüenza de íCgui r
el
Evangelio. A
la
ver~ded,
efte no fue un.zelo impemofo,
un
ze lo ind ifcreto; fue
un
valor ju iciofo
y
chriíl:iano;
fue una intrepidéz prudente
y
moderada , pero eficáz
y
animofa.
No
fe ignora que
una
leccion
dada fin
tiempo ofende mas que infiruye; una advenencia fue–
ra de fazon irrira .mas que en
Ceña.
Pero hoy que con
el
motivo
de
la
rnilagrofa
curacion
de un
en fe rmo
ju–
ridicameme fe nos pregunta , d ice San Pedro: yo
re
enfefb ré , Pueblo ciego, qual sel divino poder d efe
J e íli s N:tzareno que has crucificado.· El zelo
In
de fer
;ardienre, generofo , intrépido; pero prudente. Todo lo
echa
a
perder
fi
fe mezcla
l:t
paGon.
Para
fer eficáz,
folo ha de fer ani nudo
de
Lt
gracia
de
Jefü-Chriíl:o.
Pero con qué deíl: reza re lprovecha de
b
oc:tGon
para enfr íi:i.r
a
todo
el
Pueb lo
la
verd:id de la Re ligi on
Chrifüana ! Con qué fanc .t animofid:id ,
y
qué
a
tiem –
po le reprehende
fü
de lito! Q::_ámo bien fe
harÍ:t
en el
m undo,
fi
fe
miraran
con
zelo
y con cariño los ince–
rek de
Jdi.1
hri ao,
y
li
no fe tu viera ve rgiienza de
fu
Evan gel io!
H.1y
muc ha cobardía para {( guir el cami·
n o
de
la
virrud,
porque
h.1y
poco v:ilor
p~tra.
mame..
nerl e
ddpues
por medio del
buen
exemp!o.
.
N o
l
av
otro N ombre debajo del Cielo, m cuya
Vtrtud
vodamos
(a lvarnos.
Pues c6mo no colocarémos
coda nueíl:ra confi.rnza en eíl:e fanto N ombre?
Níogn·
na cofa
d
fina-ya
ramo la contia nZJ ,. como Jos fec re–
ro
remot'dimíenros de
un
corazon ingrato
y
cob:ude,
AmJf~
con
much~
ribi
za
a
J
fo -Ch rillo;
cien
'ie
po
:t
fí-
Dia
XIV.