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EV oTo s.
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remirir en algo fos .exceíivas peh ice nci:is.
Día
X.
Nunca dejó el babiro re iigiofo.,,
Jñi
mucho menos
el
efpíritu de Monge. Obfervaba los ayunos de
b
regb.
con el mifl110 rigoi: que
G
eíl:uviera en el Clau íl:ro. No
probó cofa de carne, aunque fe fervia en fo mefa Gem-
prc que luvia convidados, Su PalaciG> draba abierto
para rodos; Colo draba cerrado para las mugeres, con
las quales nunca hablaba , fino en ca fo muy precifo ,
y
entonces en la Iglefia. Calificabafe de nimi:unenre rígi-
da eíl:a fever idad ; pero refpond ia fiempre , que un
Obifpo nunca podia fer nimiamente rí gido en eíl:a ma-
t eria. Havien<lo fido arreíl:ados ciertos Diocefanos
fü-
yos , por h:iver defeudido los derechos de la IgleGa
con mas zelo que prudenci:i , no perdonó 3 d iligenci:i
alguha con los J ueces para que los d ieíen li bertad : pero
viendo que eran inuriles todos íus ofi cios) (e pu fo
a
b.
puerta de la caree! ' refuelco
a
né> falir de alli
ha{b.
lograr el fin de fu s ca ritativas iníl:ancias. Eíl:a caridad
ablandó el corazon de los Jueces,
y
dieron libertad
a
los encarcelados.
. Por muchas
y
graves ocnpaciones que cuvieíe,
jamás abrevió, ni mucho tnenos omitió ninguno de fus
exercicio eípirim:-..les. Tod s
los
dias teni.1 dedicadas
alguna
hoDs, que infaliblemente p:ifaba en un profun–
dcr r ogimiento
y
retiro. Tenia
G
mpre la muerte
delante de los ojos ;
y
acofiumbrab:i decir que eíl:e
penfami mo era un fob rano remedio para todas las
enfc rmedad
s
d l alnu; úe ndo
fi.1
mayor confuelo afi[–
t ir
a
los
moribund9s. Sn liberalidad con los pobres e ra
una prueba. concl uyente de
fü
deGnrerés,
y
reperia
mu has e es , que no ha\ ia cofa mas ind igna d un
Obifpo que at fo rar dinero. A los pobres los llam:iba
fus