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se
V.
S. ochenta
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cien niños vodferando todos ·juntos
por los patios
d
uraute
las
hoi·as
ele
estudio;
~era.
posible
estudiar
así~
.
Nosotros al contrario tenemos á . todos los alu111nos
•
'
'
1
reunidos en un salón, cada uno tiene su bufete y S\lS útiles
necesarios, no sólo para estudiar su lección, pues el profe–
sor no se contenta con eso, sino para que aplique
y
haga
práeticos los prin(iipios que ha visto en el texto por medio
de los deberes, problen1as, ó tenias que· en la clase se se–
ñalar0n.
Es necesario no conocer los inás rudiinentales princi–
pios' de pedagogía, para preferir
y
sostener el sistema an–
tiguo.
v ..
Conclusión
Voy
á
concluír, Sr. I)rovicario, recordando á
V. S.
las facilidades que el seminario de nü cargo, ha propor–
cionado á los jóvenes pobres.
Las tristes circunstancias por que ha -atravesado el
país, han privado hasta hoy al Se1ninario ele Trujillo de
una
d~
sus principales rentas, cual es la pensión que le
pasaba el Gobierno, en virtud de la supresión ele diez1nos
y los intereses ele los capitales recli1nidos ante el fisco,
p-ensión que hoy representa una deuda de inás de catorce
1nil sole.s
~n
favor del Senünario. Por consiguiente dismi–
nuídas las entradas en tan fuerte proporción, claro es que
no teníamos obligación de recibir Jos alu111nos gratuítos
ó
de beca, que en otro tiempo ·Se educaban en el colegio. Es–
to no obstante desde el prüner año comenzarnos á recibir
un número de al111nnos gratuitos tanto internos co1110 ex–
ternos. El año
1884
en que se cerró el externado,el n{unero
ele gratuitos internos subió á diez y ocho, y este últilno
año de
1885,
que tan pocos alu111nos hemos tenido
á
cau–
sa de, las perturbaciones
polí~i?as,
que
ning~na
seguridad
ofrecran a los padres de fanuha, hemos tenulo ocho inte
1·–
nos gratuitos.
Por ahí calculará
V.
S. cuán sin razón ha dicho el
Sr. Prefecto que nosotros he1nos «transformado el Se
1
ni-