CAPITULO
XXIV.
.
2
55
et testamentum Altissimi , et
agnitio veritatis.
33
Legem mandavit Moyses
in praeceptis iustitiarum , et he–
reditatem · domui Iacob ,
et
Is–
rael
pr9l1)issiones.
34
Posuit David puero suo
exc-itare Regem
ex ipso
for–
tissimum , et in
throno ho–
noris
sedentem
1n
sempiter-
num.
35
Qui
a
implet quasi Phi–
son sapientiam , et sicut Tigris
in
diebl:ls novorum.
36
Qui
b
adimplet quasi
Eu–
phrates sensum : qui multipli–
cat · quasi Iordanis
in
tempore·
mess is.
37
Qui mi ttit
d
isci plinam
sicut lucem ,
et
ass1stens quasi
Gehon in die vindemiae.
38
Qui perficit primus sci-
vida,
y
el
testamento del Alt1simo,
y
el conocimiento de· la verdad.
33
Moyses nos
di~
la Ley en
mandamientos de -justicia y he-
.
'
rencia para la casa de Jacob ,
y
promesas para I srael.
34
El
1
f
efior prometi6 a Da–
vid su sie ' '
que
haria nacer de
el mismo un Rey muy fu@t te
I
'y
q.uese sen.taria en throno de glo–
napara s1empre.
35 Este
2
derram'l
la
sabidurfa
coma.elPhison
3 ,
y como el Tigris
enlos
dias de los
fru
tos nuevos.
36
Este derrama
inteligen–
cia
4
como el Euph rates : este
crece como el Jordan
s
en el
tie@po de la siega.
'
37
Este esparce doCl:rina co–
mo luz , e inunda como el Ge–
hon
6
·en el dia de la vendimia.
38 Este es el
primero
1
que
la
~~
phetas , o la sagrada Escritura , que en–
cierra la doB:rina de la sabiduria; las que ii
cumplieres alcanzaras la vida eterna.
Este
Lib1·0
es
el
testamento de! Alt{simo ,
que
contiene la {tltima voluntad de.Dias, y su
alianza coo los hombres.
Es
el
conoci–
miento de la
verd~d,
pues por
el.
se pue–
de conocer la verdadera justicia, y el ca–
mi no verdadero p ara llegar a la vida eter–
na. Esta Ley es la
qu~
recomend6 Moy–
ses en nombre de Dios , prescribiendo a
Jos I sraelitas preceptos de justi cia , que
fuesen como una herencia o thesoro he–
reditario para la casa de J acob ; y que
abraza. tambien las promesas de una he–
rencia espiritual de Dios en la vida pre–
sente , y Celestial en
l:a
venidera. 0 tam–
bien: Estas cosas son el Libro de la vida,
el
test~mento
del Altisimo , o la ali anza
de la Ley nueva , que no es un ministe–
rio de muerte , sino de espfritu
y
de v.i–
da :
y
todo esto es el conocimiento de la
verdad , la qual no se conoce con cer-
a
Genes.
11.
11.
teza , sino despues que el Espiritu San-
. to la ha gr.a ado en nuestros corazones.
El Griegq :
Todas estas cosas el
Libro
de! testamento del D ios Altfsirno
,
la L ey
que nuend6 Moyse-s por hermcia a las.
congregaciones de J acob .
•
Este Rey prometido es el Messfas.
s
Este R ey Christo es el que lo llena
todo de su sabidurfa; a manera de rio el
mas caudaloso
ext~ndera
sus aguas be–
neficas a toda a I glesia Cath6lica.
a Vease el
Gen(s.
11.
1
r.
+
Que da un pleno
y
cumplido co–
nocimiento de la verdad.
s
ease el Li bro de IosuE
III. I).
6
Unos lo toman por el Nilo: otros
por el
Araxe,
que nace en los mantes ?e
la Armenia ,
y
desagua en el mar C
p10.
Christo asiste a los hombres ,
y
las llena
de su Sabidur-fa , como el Gehon inunda
los campos y los fertiliza con sus aguas.
7
Jesu Chri.sto, Dios y Hombre, es el
que perfeB:amente conoce la Sabiduda.
b
Ios!'l'
111.
r
5.