CAPITULO XVIII.
17
Tune eontinuo visus som–
nior um malo rum
tu rba verunt
illos , et timores supervenerunt
inspcrati.
18
Et alius alibi proiectus
semivivus , propter quam mo–
riebatur , causam demonstrabat
rnor tis.
19
Vi siones enim quae illos
tu.rbaverunt
, haec
praemone–
bant , ne
ioscii , quare mala
,patiebant ur , perirent.
20
Tetigit autem tune et iu–
~t os
tcntatio morris , et com–
motio in eremo facta est mul–
thud ini~
: sed non diu perman–
sit ira tua.
21
Properans
a
enim homo si–
ne querela deprecari pro Popu–
lis , proferens servitutis suae
scutum , orationem et per in–
censum deprecationem allegans,
restitit irae, et finem imposuit
necessitati , ostcndens quoniam
tuus est famulus.
22
Vicit autem turbas, non
i n virtute corporis , nee arma–
turae potentia, sed verbo illum
q ui se vexabat subiecit , iura–
rne nta parentum et
testamen–
tum commemorans.
17
Entonces
1
los
turbaron
de improviso visiones de rnalos
suefios ,
y
vinieron sobre ellos
temores que nunca esperaron.
18
Y
echados uno a un Jado
y
otro a otro medio vivos
2
,
mos–
traban la causa de la muerte por
la qual
m~ian
3.
19
Porquelasvisione quelos
habian turbado, les advertian es to
antes, para que no muriesen sin sa–
ber, por q ue padecian el castigo.
20
Es verdad
q
ue a los jusros"'
toco tambien entonces el riesgo
de muerte ,
y
bubo en el desier–
to calamidad en la muchedumbre:
mas no du
6
tu ira mucho tiempo.
21
Porque apresurandose
un
hombre
1
irreprehensible
s
a inter–
ceder por el Pueblo, echando ma–
no del escudo de su ministerio, pre–
sentando oracion
y
ruego con in–
cienso, contrasto a la · a,
y
pu–
so
fin a
la
desgracia
6 ,
mostrando
q
ue es tu siervo
1.
22
Y
atajo el tumulto
8 ,
no con
fuerza de cuerpo, ni con poder
de
armadura, sino que desarm6 con la
palabra a aquel que los castigaba
9,
alegando los juramentos
y
alian–
za de los padres.
~~
1
Antes de Ia
uerte de los primo–
geni tos ,
y
de los o ros males que des–
pues les vin ieron.
s
Parece que el Angel no los remata–
ba de! todo ,
ino que las dexaba con al–
gunos momentos de vida , para que fue–
se mayor la pena de las padres al verlos
_ morir, sin poderl os remedi ar.
3
Porque no era natural, sino una jus–
t a
y
merecida veoganza d el Cielo.
4
A
los H eb reos.
Numer.
xv r.
43 .
· s
H abla de Aaron que intercedio par
cl Pueblo , p0r los de
tu
P ueb lo . El Grie-
,
I
/
go
u1n vuas
... 7rpoeµax11cre ,
se ap resuro
a
Numer.
XV I.
46.
Tom.
VI.
a d efenderlos,
a combatir por ellos;
y
despues sigue
tray endo la armcedura,
los instrumentos
de su prop io ministerio;
es saber ,
oracion
,
y t'econciliacion de
in–
~e-;
porqae paso
a
dond e las llamas
evoraban al Pueblo ,
y
o frec iendo in–
cienso se apaga ron luego,
y
ces6
el
azote.
6
Asf e l Griego. En
1a
Vulg a se
llama
necesidad
, porque el Pueblo
d~
ni ngun modo podia evi tarl a.
7
Escogido par
tf ,
y
a
quien amab as.
8
Es te voraz incendio que puso al Pue–
blo en confusion.
9
Al Angel exterrninador que las beria.
Sz