,;los verdaderos,
y
evFtar tod a sospechaJ!c favor
ó
de oá!G
~al
escriqirlos." (1)
.
.
M as esta regla se vé quebrantada casi s1em.pre en
la~
hi storias profanas, y aun en m
uchas de personas vir tuosas, o
p or el ascendiente que tienen
l.aspasiones
sob.rela
ver~ad,
o
p or lo dificil que es el d escub
rirla, segun l
o diceSalust10,yo-
11ien
lo en boca de Cesar. (2) De este comun
y
reprehensible
v icio carece la historia que publfoo. Pues
:i
mas de haber
l eido algunas sobre la vi da del Beato Fray Martin impres11s
en Lima y Europa muchos años hace, me ha ser vido princi–
p almente para acred itar los hechos que esta contiene, la co–
leccion de todas las informaciones tomadas juridicamente en
distintas é pocas hasta el año de 1686, las cuales componen un.
g rueso volumen de
:1
foli o impreso en R oma el año 1721.
Y
como casi todos los hechos se comprobaron por varios tes–
tigos, y en diferentes tiempos, sin que ninguno se retractase
d e lo que habia informado,
y
sin que nadie contradij ese nin–
g una de las declaraciones hechas anteriormente; es claro que
c:uanto se lea en esta historia, merece la fé pública, y que ni
aun la mas severa critica podrá impugnar con fundamento y
s olidez los hechos que contiene.
•
M as poco
prov~d10
prod uciria la nar racion sencilla
y
verdadera d e las acciones que se notaron en F ray l\1artin, sino
.se~
axarñitiase al mismo tiempo el espíritu con q ue las obraba.
Por eso decia Ciceron: " L a razon exij e, q ue asi como' en los
" grandes sucesos que d eben transmitirse ;, la posteridad, el
"pensamiento que los ha preparado, precede
ñ
la ej ccucion, y
~esta
á su resultado; asi el histori ador debe es poner su j uicio
sobre lo que r :fi e
re, y no solo relatar los hech os, sino tam–
"bien el modo y la
raz.onporque se practicaron
y
el resultado
" que tuvieron." (3
)'·
Cumplir .con este s_egun<lo precepto, que pued e lla–
mar
~e.elalma de la historia, me ha parecido lo mas dificil al
e scn
b1r esta, por no haberse ded icado ningll no ele
los con fe–
sores .ele F ray M arti?
á
publi car su vida olespues de haber
.exammad,o s':1
esp1 nt~;
puesto que ningun otro
fuera de
hque!los a
~ lltenes
hab1a encargarl o la direccion de su alma,
~bn a po~1do
entrar en su corazon,
CLIYO
santuari o conservó
siempre impenetrable en vida su pr.ofundisima humi ldad.
-
[tl
Cicero de Orator, Lib.
2~----~-----.
{2]
Sollustio
in
Ca.ti/in.(3)
f:icero i4idt
m,