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EL
HOMBRE
ir
contra la naturaleza,
y
que
10
lna
que éste puede hacer, es perficio–
narla en lo en1pezado por ella; pa–
rece queda destruIda esta vana inla–
ginacion de los ChylUicos , y que
solo nos testa ponderar lo aereo
de las aprehensiones, -en que su pa-
.ion arroja
á
algunos de ellos, luez–
cIando las cosas Sagradas con las
profanas, y queriendolo todo redu–
cir á su intentQ; yá diciendo, que
la Sagrada Escritura trata desde el
principio hasta el fin de su deseada
riedra Philosophal ; yá suponiendo,
que Virgilio eftá lleno de sentidos
alegorico~
,conducentes
á
esto;
yá
estableciendo otras dos 111il ficcio–
~es
, discurridas con tanta sutileza,
y
tan bien fundadas al parecer, que
casi es inlposible , que sin grande
espcculacion,
y
tener la luente acos–
tU111brada
a el establecüniento de
verdades sólidas , se
pued~
entrar
en