PRACTICO~
. ,'"
39'
siblemente nos conduce
á
no tener–
la
en.lo~graves. El
~tro
extren10 es:
en
la
praética de
la v
ida aqnel
aban- ,
dono,en que suele arrojarnos la con–
sideracjoFl de éste ,
ó
aquel yerro
COinerido , parecjen90nos no haver
reparo contra
él .,. .
y
que
una"
vez
puestos en , el caJ;nino de los defec–
tos,
yá ,
sea por lo que toca
á
las
acciones
co~porales
) COino la mala
habjliqad en los exercicios, el des–
alifio ,en . la persona,
~c.
ó
yá
sea,
por
10
que mira
á
las costluubres? .
COlllO éste,
ó
aquel vicio, hay una
cierta·especie de vanidad en el
hor~~bre :', nlezclada con , otra de
aba~i-:
miel1t~
., (efeétos
muy
confornles
a: "
su ,naturaleza, en que pada encon–
tramos de puro) que le hace pare-:–
cerle ünposible su correccion,
y
al
mis,mo tiempo suele inducirle
á
ha–
cer vanidad de su tacha. Debajo dé.
cuyas. co¿sideraciones asentarénl0s,
\
que