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I
37~
EL
HOMBRE
too 'De tal l-nanera, que ni el mas
:jnreligenie en este
ll1an(~jo
de
las
-Cortes,
y
Cortes'anos , veaga
a
fiarse
roen
él , 111as que en su lnerito; ni
el
·que
excediere en éste,
y
careciere
'Ge
,aquel,
llegu~
á
pensar, que pue–
'de '
bastarle '; .pero teniendo sienlpre
'presente; que 111ientras 111enos nos
halIárelTIOS capaces en
el
ll1anejo
de
·las Cortes, tanto lnas deberélTIOS
aplicarnos
á·
.qúe
ló .
que por este
lado perdierelTIOS,
10
reCQl11pe'Ose-
1110S por el de nuestro trabajo,
y
lnerito. Lo qual será siell1pre ll1as
seguí-O'-,
y
honesto, que si al con–
trario nos descuidase1110S
~n
la parte
'~ellnerito
, fiados de
10
111uchü, que
'c,reyerelnos entender en la Corte,
'tanto quanto 'vá de lo que es
:h~
iho,
á
10
que es discurso,
ú
de
lo
que es sólido' ,
á
lo que es aereo•.
Pues el merito,
ó
inteligencia supe–
rior, en·
ésta')
ó
aquella profesión
, tIt!!