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EL
HOMBRE
que
(digamoslo
a
i)
vienen
á
ca r
por de fucra; sino procedidas
de la
cabeza,
y
del corazon,
part
s inte–
riores,
y
que no
pueden
padecer rui..
11a ,.
sin
la
total
del
individuo
en
quien
las
consideranl0s.
indo asi,
que
las obligaciones recíprocas
de
jos padres,
de
los hijos,
de
lo
her–
manos, de
los parientes,
y
de
los
criados, cuya ,dolnestiquéz
forma
uníon
semejante
á
las
precedente,
es
preciso,.
que
110S
aeoo
pañen des–
de el naeüniénto hasta
la
lnuerte;
por
mas
causas
que pueda
hay r
para
interru111pir
el trato,
y
cordia–
lidad requerida. Porque el padr ,
ofendido del
111aI
hijo, no por e
t
puede
jaluás
hacer
que dexe d
scr~
lo:
ni
éste
puede
111udar
de
p
dre,
por
lnas tyranlco que
sea su
trat -
miento.
Los
hermanos no
pueden
de
hacer este
vinculo, por jnju
to~
qu sean
los.
unos para con
los
otro ..
En