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EL
HOMBRE
pero' el prhner afro, reflexo de nue
~
·tra razon' ,
la pondrá en posesion
de
su desprecio;
y
asi
~le
todo
lo
de–
ll1ás
sen1ejante,
en
que
concedien-
.do ,( digall10s1o asi) la
prin1~ra
ins–
. "tancia á la pasion , se
puede
hallar
, ,en
el
raciocinio casi en
tera
oposi-
cion .á sus efeétos : contentandonos
~cn
esto
COlUO
el tirad9r,
que
no
,pudiendo
dá.~>
en el blanco,
dá
á
10
·luenos
111Uy
cerca de
él.
Y
·COln
~ nuestra
razon :, fortificada'
CQn
la
s~
.bidurÍa ,
y
afros
re~exos,
no se pue–
·de negar, que tenga
111Uy
excesivo
.poder eÍ1 todas n'uestras operaci
-nes , donde ,vierenl0s
110
alcanza
éste en teraluente; en las pasiones,
,que hallaluos
lí1~iy
arra) gadas, tam–
bien' podrialuos
110
poner solo la
luira
en su destruccion , que no p
drianl0s conseguir
7
sino luoderar
las,
y
aplicarlos
á
aquellas cosas
el
qU,e"
podarnos
hacerlo sin .delito