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EL
HOMBRE
contra el genio, es grande lnortifi-
cacion; sí
bien
raro será
el
que no
se venza con
el
habito.
Y
asi con–
cluiré1110S , que en todo caso es uti–
lisirna la. ocupacion" haviendo esta
diferencia entre la que encuentra
con el genio,
ó
la que repugna to–
taln)ente
á
él, que en
la
prü,11era se .
hará enlÍnente una lnediana capaci–
dad,
y
'queen ]a segunda hará
har~
to en vencer la lTIortificacio.n"
y
no
podrá adelantarse mucho en
la
in–
teligencia.
Pero
los inconvenientes,
,
que no esta en nuestra 111ano
yence~,
debelTIOS ' Uevarlps ,
y
confesarlos
. .
con 111as paCIenCIa, que otras cosas
de la
flaqueza hUlnana,
á
el 1110do
de los 'Geographos prudentes, que
no se fingen quinleras en las tierras
incognitas, sino las señalan C01110
tales. Concluyendo, que no pode–
lTIOS .
librar de
la
casualidad la apli–
cacion
i
,éste,
ó
-aquel
exerClClO en
nues-