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EL
HOMBRE
cero,
ó
tercera Heno de enredos;
y
en fin, un
1110Z0
arrastrado de
to~
das las pasiones de la juventud,
á
el
ll1is1110
tiempo,
que
C01110
con
el
dedo se señalan estas cosas,
ql1e–
.dan
en
los sucesos castigadas
para,
el
exenlplo. Siendo esto
~anto
L11aS
agradable
para
el auditorio ,
que .
todo
lo que
heiTIOS
referido C01110
c9ndenado ,C01110 lo podenl0s ex-
.perünentar ' en la parte en
que
á
ello
se selllejan
1.
uestros Entreil1eses,
y
farsas; porque no
hay
ficcion,
que
agrade
COlTIO
la verdad;
ó
porque
en las que se condenan en los En:–
trclueses,
y
satyras ,
tlene
11layor
exercicio nuestra ll1alignidad, seña–
lando con el dedo
en
las
personas
. .
VICIosas, que se representan,
y
se
condenan,
á
el vecino,
á
el conoci–
do ,
y
á
el d0111estico, en quien
se vén
los
111islnOs
ca–
rattéres.
DIS-