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112,
E,L
HOMBRR
conduce, sea tan flaca; que,
ó
por
pasion,
ó
por induccion la velnos
tan generalnlente recibir por buenó
lo lnalo,
y
huir de la perfeccion,
como debiera hacerlo de la inlper–
feccion, no haviendo (osa, por
de~
testable, ni por Contraria que sea
á
la naturaleza,
á
las Leyes Divinas;
i
á
las Humanas, que
110
tenga
infini~
tas razones , ·aunque falsas,
111Uy
apa-–
¡ _entes para
abraz~rla;
sera bien ha–
llarnos prevenidos de es
fe
conoci~
miento, para no creer nada
j
que
nos aparte de los caminos referidos,
aunque nuestro propdo raciocinio
nos ' indUzca
á
ello., teniendo por
in~
falible, que sus organos en tal caso
~stán
viciados;
y
COfrQlnpidos ,
á
el
nlodo que sucede; quando
á
los en–
fernl0s parece lo amargo dulce,
J
lo dulce alnargo, segun el humor;
que causa
su
enfermedad;
y
vicia
su
gusto_. .' Siendo ,
,
cs.ta_
~preve~lciQn
!)
1:
cau..,¡