1. LA DESINFECCION Y LA DESINSECTACION
Desinfectar significa quitar a una cosa la propiedad que le causa daño, destruyendo los
gérmenes nocivos o evitando su desarroll o.
Desinsectar significa quitar el insecto ya introducido, anidado, reproducido o por
reproducirse en
UD
documento.
La eliminación de estos dos aspectos nocivos debe hacerse simultáneamente para
aprovechar la acción de los elementos químicos que se empleen.
Ya se ha hablado de las cámaras de fumigación, que para el caso son muy necesarias, y de
los químicos, que pueden emplearse según sea su requerimiento.
Esta es una labor que muy pocas veces debe hacerse manualmente, valiéndose de las
antiguas inyecciones con insecticidas, debido a que se corre el riesgo de perjudicar la salud del
trabajador. Es necesario hacer uso del equipo adecuado, para conseguir la gasificación del producto
químico con el que se fumiga y de este modo pueda penetrar en todos los rincones del documento
infestado y que, por circulación de
UD
nuevo aire puro, este gas se evapore.
El uso de cepillos, pinceles y motas de algodón posteriores a la fumigación no están
descartados para retirar los restos de insectos y proceder a una limpia restauración.
2. LA DEACIDIFICACION
El paso del tiempo permite que los elementos químicos que forman parte del papel mismo,
de las tintas y de los pegamentos, reaccionen influenciados por el medio ambiente en que se
guardan y que se llegue, en caso extremos, a convertir en polvo todo
UD
documento.
Al poder controlar el pH en un máximo de 7.5, siendo el pH ideal de 7, ya estaríamos
ganando una batalla contra la destrucción del documento para duplicarle el potencial de vida del
papel.
En el año 1920, Chapman realizó un estudio, comprobando la relación entre la acidez y el
deterioro del papel en la Biblioteca Imperial de Calcuta y, las copias de los mismos materiales, en
otras bibliotecas de Inglaterra.
A principios de este siglo, el químico papelero Edwin Suteryeister, fabricó un papel libre
de ácido; empleando el carbonato cálcico, comprobó su durabilidad.
En el año 1959, el químico Barrow e comisionado por
The Council Library Resources
de Washington D.C.,
para examinar los papeles de edición que se u aban en Estados Unidos de
orteamérica; concluyendo que el 90% del papel inspeccionado tenía una duración inferior a los
50 años y sólo el 1% podia considerar e como durable.
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