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C
ONOCIENDO LA
B
IBLIOTECA
:
ESTRATEGIAS PARA APRENDER A ORGANIZARLA
1.4.3 América del Sur
En América del Sur aparecen nuevos tipos de bibliotecas con acceso al
público en general, se convierten así en las nuevas depositarias del saber
intelectual que servirían de apoyo a los programas de la Educación Oficial,
de las escuelas estatales, privadas y religiosas. Sin embargo, a pesar de que se
sabe que muchos países copiaron el modelo británico de la biblioteca pública,
poco se aprovechó en América Latina.
Inicialmente estas bibliotecas fueron creadas por entidades privadas y
posteriormente, a través de las disposiciones legales, pasaron a ser gestadas
por los gobiernos oficiales. En Brasil, en 1811, Pedro Gómez Fernao Castello
Branco propuso la creación de una Biblioteca Pública en Bahía.
Argentina fue uno de los primeros países de América del Sur en crear
bibliotecas populares en todo su territorio. Fue Don Domingo Sarmiento
quien, en 1876, estableció la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares.
Estas fueron concebidas como elementos importantes y complementarios
para el desarrollo de la educación pública gratuita. Lamentablemente, la
falta de una política coherente impidió el desarrollo completo de este tipo
de bibliotecas.
Así Josefa Sabor, especialista argentina, evaluaba después de un siglo que,
si bien «la educación común triunfó plenamente y se reflejó en la baja
tasa de analfabetismo en la Argentina, no se puede decir lo mismo de la
Ley relativa a las bibliotecas populares, que no alcanzó su cometido debido
a la falta de utilidad de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares».
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Venezuela, por su parte, aprovechó la experiencia de trabajo de un grupo
privado, El Banco del Libro, para reorganizar su Biblioteca Nacional y crear
una Red de Bibliotecas que irradiara su acción a todo el territorio,
promocionando toda forma de servicios bibliotecarios públicos.
Con la creación de las bibliotecas nacionales, fundadas al comienzo de la
República en toda América Latina, la biblioteca pública adquiere un matiz
popular al ser concebida como instrumento de educación, información y
cultura. Se crearon así, en 1810, la Biblioteca Nacional de Buenos Aires; en
1813, la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile; en 1821, la Biblioteca
Nacional de Lima; en 1825, la Biblioteca Nacional de Bolivia ; y en 1833,
la Biblioteca Nacional de Venezuela.
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SABOR, Josefa E. (1996). «Revisión de concepto de las funciones bibliotecarias en América Latina». En
Boletín de
la UNESCO para las Bibliotecas
, vol. 20, nº 3, may. - jun., París, pp. 116-125.