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alterante
a.tribuida
al
mercurio,
diciendo que es ·
un poder de
altera1·lu
cofü:licidn de lo.r; mas mínimos conductos del sistema
de circulacion,
y
los 'de la secrecion del hígado
delos
intestinos
'f/del :mesenterio
(§§);
$in
reflexionar
que, no habiendosc de–
mostrado
que aquel
poder
oculto
y
silencioso,
sea cu:ll fuere,
lo
ejerce el
mercurio
sobre
los
minimos
conductos
de ún mo–
do
primitivo
y directo,.
y
que en todo otro
caso,
úl
dicho
po–
der
lo tendtia
en c.omun
con
las
demas
suhstáncias
que
indi.
recta
y
secundariamente
ejercen alguna. accion sobre ellos
por medio de la ex.citacion de
fa
mucosa intestinal, no puede
servir de
carácter
á
su
virtud curativa.
En
el estad9
a-ctual
de
Jos
c>ormcimiento~
mééliros, todo
es duda
,é
incertidumbre con refacion
á
las funciones de los
capilatés•
Laantigua teoría de la'absorcion se ha desplo–
mado
en vista •le
un hecho
físico
aplicado con injenio
á
una
füncioñ'·vital ··(
§§§),
qu·e ·está esperando, siff tmibargo, una es–
plica
cion más propia ele la
ciencia
de lá vi<la.
Ni la obstruc–
cion'
hóeraviú.na,ni
el
éspnsmo de Cullen,
ni
la
teoría de
la
efoctricidad
dan razon suficiente
del
fenómeno
de
la
cirru–
lacion capifar en el estado febril yen el inflamatorio.
Si es
preciso, pues, convenir en que la fisiología
'y
patología
de
los
mínimos
conductos
todavía no han nacido,
ique
uso puede
hacerse de ellas
para
esplicar
la
acciou'dtHosuiedicamentos'f
Por mucho que agraden ciertas ideas
á
la imagina.don,
la razon severa no puede admitirlas.
Seme}antes al lindo
.Nareiso,
dice Magendie,
nos complacemos
á
veces contemplan.
do en.:nuestras
opiniones
nuestra
misma
imagen,
con la única
dife1·encia
que nosottos no conocemos que es solo ella que nos
agrada
y ·
divierte.
En fin, se ha dicho del mercurio que es calmante
y
seda.
tivo; · ·Si se·ha querido hablar de uno de sus efectos secun–
darios, es indudable que ruede conseguirse aquel efecto por
su medio, como se consigue
á
rnenndo el mismo efecto por
medio de las <lemas substancias purgantes é irritantes, capa.
ces de espeler la causa de la irritacion morbosaf
ú
obrar co.
mo perturbadoras, derivativas ó revulsivas. Mas, si lo que
se pretende es,
que
el
mercurio,
dado en dosis mas 6 menos
grandes, 6 bajo una
ú
otra forma, puede calmar 6 destruir
(
§~)
Véase el
Sttplemento
al núm..
39
del
Rejenerador,
pe–
~iodico
publicado en Lima, en
1635.
(§§§)
La imbibicion
ó
empapamiento de Magendie.