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dica á
la
agricultura.
Pero tiene
los
cuadernos
del
p1·oceso
delante
y
estos le dan la luz para
la, defensa,
como ha podido tenerla el seúor ,Juez para el fallo.
Un fundo vale
por
la renta que
prodnce:
veamos,
abriendo
los
autos,
la produccion ele
"La1
Palma"
y
comparemosla con la emitidad en que el seúor Juez
la taza.
A este respecto las declaraciones contenidas en los
cuadernos agregados no están conformes. A
f.
240
se dice que produce
"I;a
Palma" de 50
á
100 botijas;
á
f.
225
ele
280 á 1:30
y
á f.
90
y
94, 300 botijas. No
creo arbitrario que por esta diversidad de datos se
fije
como
pron1L~tió,
en
200 botijas
la cantidad de
aguardiente que
el
fundo en cuestion produce.
Desde
1.
ªº
de
Agosto
ele 1881
se
mandó pagar la
diferencia entre 4,000 soles billetes
y
la misma.
canti~
dad
en
plata.
Bn esa focha,
la
botija,
de aguardiente,
segun declaracion de dos testigos del Dr. Olaechea,
(f....
y
f.... )
tenia el
precio
de 60 soles papel, de ma–
nera que
las
200 botijas
produjeron
12,000
solo¡.¡
bille ..
tes. Esta cantidad, al cambio de
1'1
soles
5:'5
cts. por
sol
plata, en la misma fecha, segun
la
liquiclacion de
f.
135, conforme
á
la cual mM1da pagar el seüor
Juez,
arrojó Ja
suma,
de 82,1 soles 7;J cts. Vea US.
l.
la diferencia que luty entro esta suma y los .4,000 so..
les de plata ¿es justa
y
rerdadera,
la
equirnlencia?
Mas
todavía: de la suma 82'1 soles 73 cts. hay que dedu–
cir los gastos del cultivo, de envase etc., la legítima
ganancia, del conductor,
y
el reembolso del cnpital
introducido en el fundo para lovanta,rlo
y
hacerlo pro–
cluctivo. En igual fecha do 1882 segun los mismos
tes t; :z,ns
y
la,
misma. liquidn.cion,
ltt
botija,
de
agmtr~