- 43 -
¡Oh! nunca el destino te brinde amargura!
Virtud te dé el cielo, talento i candor!
Un ánjel preserve con mano segura ·
De pliegue sombrío tu frente tan pura!
Oh Anjélica amada, mi anHlico amor !
Dormido, yo sueño contigo, hija roja;
Despierto, me gozo pensando en tu bien;
Anjélica, mi alma por ti se extasia
I al cielo le pide que un ánjel por guia
Te dé, reflejando su luz en tu sieu.
RICARDO
BUST.AJ\IA.NTE.
Bolivb.
VERSOS
DE
13 SÍLABAS O
ALEJANDnI~OS
A LA FRANCESA.
Esta clase de metro, por lo deS'ápacible, no se usa casi nunca. Tie–
ne dos acentos nscesarios que son el 6.
0
i
12.
º
· La Campana
i
el Esquilan.
En cierta catedral, una Campana había
Que solo se tocaba algun solemne día,
.
Con el mas recio son, con pausado compas,
Cuatro golpes o seis solía dar, no¡nas.
Por esto i ser mayor de
la
ordinaria marca,
Celebrada fué siempre en toda la comarca.
Tenia la ciudad en su jurisdiccion,
Una aldea infeliz de corta poblacion,
Siendo su parroquial una pobre iglesita
Con chico campanario a modo de una hermita,
I un rasgado esquilon, pendiente en medio de él,
Era allí quien hacia el principal papel.
A fin de que imitase aqueste campanario
Al de la Catedral, dispuso el ·rncindario
Que despacio i muí poco el dichoso E. qu ilon
Se hubiese de tocar solo en tal cual funcion.
I pudo tanto aquello entre la j cnte aldeana,
Que el Esquilon pasó por una gran campana.
Muí rnrosímil es, pues, que la gra·rndad