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Un
adios i sea el ültimo
A
esa caterva de médicos
Que
si visitan
diez
prójimos
Dan
con los nueYe en el féretro;
I al
que
la
echó de demócrata,
I
hoi con sus estafas, émulo
De
ricos-hombres
i
príncipes,
Arrastra carrozas
de
ébm10.
I niega un pan
¡:¡,
los míseros
En cuyos
h0111bro.:;
intrépidos
Se
alzó a
grandeza,
ridícu1a,
l\'.Iui
Süpcrior
ri
sn mérito.
Fuego al proyectista tnípala
A quien cfan el oro in0di to,
Fiados en sus lindos cálculos
Que pintan · seguro el éxito;
I
luego
figura11
pérdidas
En la bolsa o en el piébgo,
I
solo cobras
'i n
Iágrim~s
El capitel
i
los
r éuito3.
¡
Ifütldicion al
Yil
hipócrita
Que bajo
estc~:ior
ascético
Cubre la a:varic i:1 e"cuá1iéla
Con qu·e
despojHa los
huérfanos ~
No mas Madrid, que su atmósfera
Impregnan rnpores fétidos,
I
es laberinto de crímenes
1\fas confu o que el de Dédalo_.
¿Qué importa n
pl ace~·es
frí rnlos
Reaunc iar? Sin tanto estrépito
Podemos
vivir mas prósperos
En cualqu ier
~arte
... en Ointruénigo.
M.
B:GETO~ ~E
LOS HERRETIOS.