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. . L 1 BRO

111

l.

DE LOS

de~que

aun

el

proprío Inca

no que–

tía

gozar

del preuílegío,

que como

Rey

podía

tener de

las

ver,

y

ha·

blar;porque nadie fe

atreuieíle

a pe

dír fomejante príuílegío. Sola la

C<?ya,que

es la

Reyna,

y

fus lujas

ten1an lícencía de entrar

en la ca ..

fa,

y

hablar con las

encerradas

afsí

nio~as

como

víejas.

Con la

Rey

na

y

fus hijas c:mbía–

ua el Inca a ]as

vifirarl

y

faber co–

mo

eftau~m,

y

q

auíá

menefrcr.

I:.íl:a

cafa

alcance

yo

a

ver

entera

de fus

ed1ficios,C]ue

fola ella,

y

Ja del

~ol>q

etidos

barríos,y

qtros

qucitro

Gal–

pones

grandes,que auian fido

caías

de los

Reyes

Incas,

refpctaron

los

Y

nd1os

en

fu

general

lcuantaÚ.Üen

to contra los Efpañ0lés,

que

no

las

quemaron

(como

quemaron todo

lo eternas de

Ja

cmdad) porque

·la

vna

~uia

fido caía

del

Sol

1fu

dtos,

v

la

otra cafa

de

fus mugerés,y las o·–

tras de íus

Reyes.Tenían

entre

o–

tras

grandezas

~e

fu

cdincío

vna

callexa

angofl:a,capaz

de

dos

perfo

nas, 1a

qual

atraueiaua

toda

Ja cafa.

1

enia la callexa

muchos

aparta–

dos

a vna

mano

y

a otra,donde

auía

oficínas de Ja

cafa,donde trab41Jauá

fas mugeres de feruicío. A

cada

puerta

de

aquellas

auía porteras

de

mucho

recaudo,en el

V

}tÍmo apar–

tado al fin de

Ja

callexa,eíl:auan las

mugeres

del

Sol,donde no entraua

nadie.Te

nía la caía

fu

puerta p rin–

cípal

como

las

que aca

llamá

puer–

ta reglar, la qua)

no

fe

abría fino pa

ta la

Reyna,

y

para

recebírla~

q

en

(rauan p:ira fer monjas.

Al principio de la callexa,

q

era

la

puerta

del feruícío de

la

cafa, a–

uía

veynte

porterós

de

otdinaría

fara

lle

u

ar

y

traer

haHa la

fcgunda

puerta,.lo que en Ia.cafa

huuiefíé

dé·

entrar,y falír. Los poneros no po–

dían

paílar

de

la

fcgnnda

pue1·t.a

fo

pena

de.la

vída,aunque

fe

lo man-.

daffen de

alla dentro : ní nadie

·lo

podía mandar fola mífma

péna.

T enian para feruícío de las mon

jas,

y

de la cafa

quínientas

mocas

' •

1"

'

las quales

tamo1en

auían

defer dó-4

zellas,híjas de..los Incas

'd_el

príuile

gio,q el prímcr

Inca

dio a los

q

r~duxo a

fu

foruíc10,~o

de los

de

la sá

gre

Real,

pcrq

no entrauá

para

1~u

geres del

Sol,íino

para criadas No

querían

que fueílenhíjas

de

alícni-–

genas

fino

hijas

de

Incas,

aunque

de

preuílegio.

Las quales

n10~as

bien

t~nían

fo.s Mamacuna·s de Ja·

mifma

cafra,

y

donzellas,

que

les

or

denauan

le

qu~aubn . de

hazer.

Y

efras Marnacunas no eran

lino

las

que cnuejecian eµ la cafa, que

lle-.

()'adas

a tal edad les

dauan el

nóbre,

y

Ja

adm1ní1hacion,

como dízíen–

doles

y

a pode

y

s fer

madr~s',

y

go–

uernar

la

cafa. En

el

re

partiln1ento

que los EÍpañoles

hízíeron parafus

moradas de las

c~fas

reales

de

Ja

dudad

dd

Cozco,

guando la gana–

ron

cupo

la mitad defie conuento a

Pedro del

Bar~o,

de quíé adelante

haremos

mencíó,fue la

part~

de

las

oficinas,

y

la

otra

1111

tad

cupo

al

lí~

cencíado de la

Gama,

q

yo

akanc~ cn mis

níñezes>y defpuesfue

dcDíe

go ort-íz de Guzman ca.uallerona–

tural

de

Semi

la,

q

yo

conocí

y

dexe

víuo

quando

v!ae

a

Efpaña.

El p

rínd

pal éxercicío

.q

las

mu–

geres del

Sol hazían erahílar,

y

re~

xer,y hazer tcdo lo que el Inca tra

.ya

fÓbre fu perfona de veftido,

y

ta

cado>

y

tábi~n

para la

Coya

fu

mu•

ger

lig~tíma:

labrauan aCsí mífmo

toda