DE SAN AGUSTIN.
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tamos en el cuerpo, peregrinamos res–
pecto del Señor,
y
deseaba desatar–
se ,
y
estar con Christo, pegada te–
nia su alma al suelo ; por lo que el
mismo cuerpo , por ser formado _de
la
tierra , mu
y
bien se puede tomar
por el suelo;
y
siendo aun corrupti–
ble (
1),
y
entorpeciendo al alma, con
razon se suspira en él ,
y
se dice
á
· Dios:
MI ALMA SE HA PE–
GADO
AL
SUELO
;
VIVIFl–
CADME SEGUN VUESTRA
PALABRA.
Pero tiempo ha de lle–
gar en que estemos con Dios sin es–
tar separados de nuestros cuerpos;
mas entonces , si lo consideramos
con atencion , como no serán cor-
·
(1)
Sap. 9.
I)•