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SERMONES
hranos de mal.
Mas por quanto (
I)
es tentacion la vida del hombre so–
bre la tierra , aunque nos hallemos
distantes de cometer delitos, no
fal–
tan ocasiones en que obedecemos
á
los deseos
del
pecado, de pensamien–
to ,
de
palab~a
,
ó
de obra , quando
velando contra las cosas mas graves,
se escapan
á
nuestra atencion algu–
nas pequeñas ; las quales aunque ca–
da una de por sí no nos destruye con
su gravedad , no obstante si se jun–
tan nos puederi oprimir coi:i su mu–
chedumbre ;
y
por ellas dicen tam–
bien los que andan los caminos del
Señor :
per~ónanos
nuestras deudas;
pues aunque
los pecados
s~n
agenos
(t)
Job.
1•
I
a