Garcilaso.
La
blan~a
nieve de tu rostro putto,
Robado
ya
la muerte ,te lo había.
En todo lo demas, como en seguro
y
reposado sueño descansabas,
Indicio dando del
vivir
futuro.
~Mas
que hará la Madre que tu amabas,
De
quien perdidamente eras amado,(8)
A
quien
la vida con la
t ·
ya
da.has~
Aquí se
me
figura
que ha
lkgado
De
su
lam~n
to
el
son,
qu~
con su fuerza
Rompe
el ayre
vecino
y
apartad<':
Tras
~l
qu;il
a
venir
tambi~n
se
esfuerza
El de las quatro
hermanas,
que teniel'ldo
V.a con
d
de la
Madre
ºva foerza.
A .toqas las
cont~mplo d~sp~rdendo
De su
cabdlo
luengq
el
fino
oro,
Al qual
ultrage
y
daño están haciendo.
El
viejo T 6rmes
c.on~l
blanco
coro
De
sus
hermosa·~
Ninfas seca el
rio,
y
humeqece
Ja
ti~rra
con
~u
lloro.
No
n~~osrado
en
urna al dulce frio
_
De
§U
cav.erna· umbrosa., mas tendido
Por
el
arena en
~l
ard1ente
estío,
Con ronco
son
de llanto .Y de gemido,
Los
cabello~
y
barbas mal paradaS.
Se
despedaza
y
el
sutil. vescido.
14
En
(8)
Ptrdidámmte.
Usa
de
esta voz G. L. en
la
~ignifica·
cion. latina
p1rdirc.