3
I O
E.LEl'l.!ENTOS
Fi'g.
las mismas circunstancias que la primera ,
que
no esté ma$
a
fccta de la desigualdad del sol ,
ó
cuyo -regreso sea el
mismo
que
el
de la longitud media, cuyo cuidado
es_
esencial quando
se
quiere determinar la duracion
media
del año. Por con–
s-ignien
te al
intervalo de tiempo que corrió desde el
un €qui–
noccio al otro , se deberá añadir el .tiempo que
el
sol hubie–
ra
gastado en andar la espresada corta cantidad, que viene
Á
11
1
s d
·
Al
.
d
ci
ser
7
100
e tiempo.
contrario , quan o se compa~
ran uno con otro dos equinoccios de otoño , teniendo
ac–
tualmente el sol al tiempo del equinoccio
2
s
2 1
°
de ano–
malia media, la equacion es
-0 11
3 8
menor en el segundo
equinoccio que
en
el del año antes, con
esto
crece la longi–
tud del sol , la duracion del año parece menor,
y
es preci-·
so añadirla
9
11
f
O
,
para sacar el año solar libre -de esta des•
igualdad.
La
segunda
correccion que pide
la
duracion del
año·
pende de la fuerza con que Júpiter
y
Venus atrahen
á
la
tierra , de donde resulta que la precesion de los ~qulnoc-
.
l
11
d
-
I
,
c10s
es actua mente o
2
3
I
mayor ca a ano, que a pre-
·cesion media entre Hyparco
y
nosotros. Siguese de aquí
9.ue1 -
•"
//
6
1
-
dº
e
ano es en estos tiempos 5
1 0
menor que e ano me
10,
que resulta de la comparacion de las observaciones de
Hy-
1
1
.
.
l
//
parco con as nuestras,
y
e mov1m1ento secu ar
2
3 menor.
Es , pues, preciso para que las observaciones antiguas con-–
cuerden con las modernas, que las observaciones
.de
Hypar–
co parezca que
dán
un movimiento secular menor que las
observaciones posteriores.
Es
pi;edso
que
sur~niendo
este
mo-