Fig.
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5
3 3
ELEMENTOS
U
na
vez que es tan prodigiosa la distancia
á
que están de no.sotros las estrellas , no es de estrañar sea
tan
chico
su
diámetro aparente ,
é
imposible determinar
su
magnitud absoluta
y
diámetro verdadero. Esta es la causa
de la poca conformidad que hay entre los Astrónomos acer–
ca
de la cantidad del diámetro aparente de las estrellas. No
_ parecen sino como puntos , tanto mas chicos quanto mayor
es la perfeccion de los anteojos con que se observan. Ver–
'dad es que en los anteojos se vé al rededor de las estJellas
una lnz esparramada, que aumenta su diámetro , de modo
.que parece
ser
de
5
á
6
11
de diámetro. Pero esta apariencia
se debe atribuir á la viveza de su luz , al ayre ambiente
é
iluminado, á la aberracion de los vidrios ,
á
la
impresion
muy grande que padece la retina.
5
3 4
Si
el
diámetro de una estrella fues_e
de
1
il,
y
su paralaxe anua tambien de
I
11 ,
el diámetro verdadero
de
la estrella sería igual al radio de la grande orbita , quiero
dedr
de
3,
3
millones de leguas.
5
3
5
La estremada pequeñez del diámetro aparente
<le
las estrellas es tal vez la causa del movimiento de scin–
tilacion que en ellas se repara, cuya sdntilacion no se
per-i
cibe en los planetas , po11go por taso en Júpiter , y muy po–
co en Venus, bien que
la
fuerza de su luz sea mayor que
la
de las
estrellas,
y
sirva para distinguir los planetas
de
las
estrellas. El diámetro de una estrella es tan chico, que las:
moléculas de materia, por mas pequeñas qué sean ,
que pa-:
san por entre ellas
r_
nosotrqs en virtud de la agitadon
cleJ
la