D E A S T R O NO MÍ A.
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7
tÍempos
podían resultar ele consentir sobrada
libertad
á
los
Fig.
ingenios. Pero siempre ha sido lícito aun en Roma admitir-
le como hypótesi ,
y
lo
mismo
podrán hacer todos lqs
_que
tuvieren por mas seguro este camino.
Esplica feliclsimamente el systema Copernicano
todos los fenómenos celestes.
t2
3
g·
El
movimiento diurno
de todo el cielo
se espli-
ca
con
suma
facilidad
en
el
systemá
Copernicano ; hemos
visto - (
2
o
8
)
que
esta es una de sus principales prue–
bas. Basta con efecto que la tierra dé una vuelta al rede–
'.dor
de su
ege de occiden
te
á
or.iente para que nos
pa~
rezca que todos los astros
dán la
vuelta de oriente
á
occi–
·dente.
Sea
BDAE
el ·globo
de
1-a
derra ;
BA,
·
el
ege de
lá
5
2.
tierra
dirigido
al
punto
P
del
cielo ;
D
~
,
el
paralelo que
a.nda un punto D de lá tierra en virtud de
su
movimiento
diurno ;
J!',
el punto de la esfera celeste que corresponde
:verticalmente al punto
D
de
la
tierra ;
G
,
el
punto
que
corresponde verticalmente
al
punto
E;
la linea
CDF
que es
la
verti~al del punto
D
,,
dá
la
vuelta con
él
al rededo(
'del
punto
C
,.
y
del ege
CP,
traza con este movimienro
la
superficie de un cono, cuyo vértice está en el centro
C
de
la tierra ,
y
la base coge desde_
F
á
G
;
el círculo celeste
FG
paralelo al equador , es la base del cono que traza
la
linea del zenit
CDF.
No está en el mismo plano que el pa–
ralelo terrestre
DE,
p_ero
le corresponde esencialmente, pues
Tom.VII..
.H
t
,to...