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Ia figura de lo que compone nuestro
alimento ordinario ,
que
debemo$
todos los dias , no solo manténer.,
si–
no inflamar nuestro corazon; no so-.
lo fortificarnos ., sino tambien em~
briagarnos con
él ., y
beber
á
boca
llena mientras vivimos,
el
amor
que
nos
ha de hacer bienaventurados
ea
la
eternidad.
DIA L 111.
ta
Eucharistfa, unida por Jesu_:.
Christo
á
la comida ordinaria,
es_
mas semejanteá la antigua
Pas–
cua.
!bid.
A
UN
tuvo nuestro Señor
otra
intencion, uniendo el festin
de
la
Eucharistía con la comida coti–
diana:
y
era hacerla mas,
y
mas
se-:–
mejante
á
la antig1m Pascua , que
tambien
componia parte de la comí..
da
ordinaria. Pero havia esta ~ife–
rencia,
que
la
antigua
Pascua
no se
ce-