,
·rrJ
suspiran
los
Christianos , es el dé
fa perseverancia , que nos asegura
la corona ; que nos une , y que nos
incorpora con Jesu-Christo, para
unirnos eternamente con él , · ·sin
·que jamás nos podamos separar. Ve
ahí aquel gran dón de Dios,que es,
tá
unido
á
su eterna predestinacion;
y
Jesu-Christo nos enseña que hay
en la Eucharistía una gracia parti--
, cular, para que lo alcancemos. Con
que si queremos perseverar en la
virtud, es necesario ·comulgar,
y
co~
m4lgar con freqüencia , porque ·esa
es el medio mas eficáz que·se nos
ha dado para alcanzar la perseve,
rancia: ese es el pan de los Christia–
nos:
y
su alimento ordinario
y
quo–
tidiano.
¡
Oh Dios mio! Y que cora-;
zon tan duro tienen los Christianos!
pues so.n tan raras las veces , que
vienen.á la Santa Mesa
!
Si gustaran
de Christo crucificado , ellos vini~
ran
á
celebrar confreqüencia el mis~
terio de su muerte.
Halla:monos
compungidos.._._el
·
l'r;m,
III,
H
Vie,r•