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Per0,
cuidado
con que ·no o
turbe ., ni
e~remezca
esta consi
dera~ioo
; no
os acongoxeis int
riormente ,
preguntandoos ·
con
desasosegada
inquietud:
Ay
!
si
seremos,
o
no de
los elegidos1
No
os
toca
penetrar
en
los
con..
sejos secretos de Dios , ni son–
dear los
abysmos
de sus resolu•
·~iones
·eternas. El designio , que·
se
ha propuesto
Jesu-Christo
.re•
velandonos
este profundo
myste~
. rio , es , que
contemplando
aque..
lla
vist~
secreta
que pone
so~'"
bre
quien sabe ,
y
sobre
quien
su Padre ha
elegido ;
y
recono~
ciendo
que
sabe conducirlos
a
la
salvacion
eterna
por unos
medios
indefefiibles ; aprendamos
a.
pe
dirselo~
con
una
humilde ,
y
fer–
vorosa ora ion ,
y
abandonar-nos
a
la bondad d€
Dios :
de
manera,
que mientras trabajemos con ter
das las fuerzas, con todo el
cora.,
zon ; cog
un
ardor infatigable
en
hacernos
buenos , pongamos
en·
~
sus
o
.