426
.
Nu.nca
nés
qu~xenios, ni~
del
gobierno , ni
de la
justicia ,
aun
quando nos parezca
que nos opri–
men
inju~tamente.
Imitemos al
Salvador;
y
conservando
a
Dios
lo
que es
suyo ,
esto es , la
pureza
de
nuestras
conciencias ,
demos
de
buen corazon
a
todos
los hom–
bres '
y
aun
a
los mismos
iniquos
Jueces'
a
nuestros mayores
ene–
migos , lo que se les debe :
y
si
eso
debemos
hacer
quando
no
tie-
/
'
nen razon ,
¿
que
.r,a
01!ao
a
tienen ,
y
quando es
nuesrra
,~
'1on
unicamente
la
que excita
nuestros
resentimientos?
DIA