hasta
que subi6 al
Monte
Oiivet•
.El Gran Bossuet los llama
las
ulti–
mas
despedidas de Jesu-Christo;
realmente las Instrucciones de este
Divino Maestro, siempre pene–
trantes ,
y
convincentes,
como
que
adquieren en aquellos
ultimas Ser·
Iriones mas
aétividad ,
y
terneza.
Pero
como no se tendría por su–
ficiente el que huviese
instruido~
·· sus
Discípulos
con la
predicacion,
si
no les alcanzaba la gracia
de
que
conocieran ,
y
praéticaran
la
verdad; por
tanto,
termina Jesn-·
Christo
su Sermon
con aquella
oracion
admirable ,
que refiere
San
; Juan en el cap.
17.
En
ella
se re–
conoce
particularisimamente ,
que
el
mismo Jesu-Christo se
consagr<>
_á
su
Eterno
Padre, para expiar
los
pecados de los hombres.
·
Mr.
de
Meaux
compuso esta
Obra en
169).
y
embio una copia
manuscrita
a
las Religiosas de
la
Visitacion de
su
Diocesis.
Estas
Señqras
conservan la
Ca_rta ,
y
el
Ma~