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Temamos, pues ,
h.
m. si
te·
nemos nuestro consuelo sobre la
tierra : temamos
si
lo
buscamos:
temamos si lo
recibirnos :
cerna-–
mos las alaba.nzas ,
y
los aplausos
de
e te mundo. A1nemos
esta
sé-.
rie de
Bienaventuranzas,
que
des–
de
el
·amor de
la
pobreza
nos
conduce
hasta el
amor
de los su·
frirnientos ;
y
por el de los
sBfri-_
mieutos nos lleva
al de
la
pobre•
za;
y
nos ofrece ,
y
presenta
en
uno ,
y
'otro el
Reyno
de loi
Cl~los.
En suma, la doétrina de
las
Bienaventuranzas está incluída
en
estas
tres
palabra's,
que
quiero
me- ~
diteis,
y
retlexioneis.
Toda
la
do~rina
de
las
costum–
bres
procura
uoicamente hacernos :
felices: por aqui comienza Jesu–
Christo.
Aprendamos,
pues ,
de
~u
Divina Magestad el camino
de
la verdadera,
y
eterna felicidad.
F
DIA