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¡e
irr~tó ;
y
em
biando1
sus exércitos, per–
dió
á
aquellos ·
homicid.is,y
quemó
su
Ciudad. Entonces dixo
ásus
criados:
Las bodas
á
la
verdad están
dispuestas;
pero los que estaban convidados
110
fueron dignos
de venir
á
ellas:
Id,
pues,
á
las salidas
d~
los caminos ,
y
á.
todos
los que- hallaseis,
llamadlos
á
las bo–
das.
Y
habiendo
salido
sus
criados
i
los
caminos,
juntaron
todos los
que·
cnQOntraron ,
malos
y
baenos :
y
la
sa–
la
de las
bodas se
llenó
de gentes que
se
pusieron
á
la
mesa :
y
entrando el
Rey
á
vér los que estaban
4
la
mesa,
vió allí un hombre que no
_tenia
ves–
tido
nupcial ,
y
le
dixo :
Amig~ ,
¿
có- .
mo has entrado aqui sin tener vestidg
nupci~l
1
Pero él
enmudeció. Enton–
ce~ di:x;o
el
Rey á
los
Ministros :
echad–
le
á
las tinieblas exteriores '
atado d=
pies
y
manos ·: aili _
habra
llantos ,
y
~rugidos d~ dientes; porque son mu–
~~os loi llamadoi ,
y
po~oi
Jo¡
es,<i,·
g1doi.
...
Lo, ·