l l~.2
discordia
le
ataja lo pasos·, le hie)·e alevosá cuanclo
su al–
ma,
tan bizarra, como noble, exortaba
á
la fraternidad
mas eordial, mas generosa,
á
uno homb r
descarriados .
¡Tormento sin
fin
á
los malvados que tal o ·aron ! ¡Glo-
•
4
ria
eterna al Mártir de la Patria! Volem s
á
honr
trle
mL1e r–
to, pues no nos
fué
dado coronarle vivo. ...
forcbcmos !·
Cqnuia
:Jg
de
A~rilde
18 20.=Leon
Gil
ele Palacio.
N
I
0
.! •
um.
27,
pi:lg.
1 1
r.
[En !ns solemnes exequias q1te la her 'ica Coruña con–
sagra á la inm.ortalidad
de
su
ComanJqnte
~eneral
D.
F~fü:
Acevedo:
.
~O NE TO.
¡O Mártir de
la
Patria venerable!
' Frias cenizas son las que mirarnos
Pero
ilust~e
· cenizas que ádiniramos
Como nuestro bl¡¡son mas r espetable:
~aqa
pudo contigo la espantable
,
Ti1:ana Parca, no;
te
lo jurumos,
En
muerte, como en vida, te aclamamos
Pritz1er Libertador:::
¡dicha envidiable!
Descansa en
pa~
¡O FELix!
y
no ol vide
A
los que
t~
honran en el santq Templo ;
Más de nosotros tú no te despides,
'
~
todos dando de valor egemplo;
Y
aunque alturas celestes al1ora mides,
Vi
viendo entre nosotros te contemp o.
V , V.
\
r;A.
la llegada del cadáver del
Sr.
D.
F elix
Acevedo~
0 CT A VA.
lledentor de la Patl'ia malhatl ado
Yµel
ve
hoy
al seno
de
ti1
1adre
tierna~
1