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d.ieneia
y
disciplina poniencfo
én ·
prJSion
á·
nue"Btro'
digní
·in'lo Capitan general. Nadie debe obedecer
á
los
que desobedecen
á.
su Rey. Abandonadlos, pues vues–
t ro General os
Io
manda. Recerclad aquellos dias dé
glo1áa en los cuales combatísteis
á
mi lado contva los
enemigos del
Rey
y
de la Patria Conozco per s.onal–
mente
á
muchos de vosotros,
y
foí
t estig·o de vuestro
valor
y
con tancia ., Conmigo están las Banderas qtle'
}urásteis-
el
fender hasta verte1' toda vuestra sangre. Ve–
nid: velad
á
i•euniros.
Os
esp~ro
para abrazaros si arre–
pentidos de vuestro yerro os acogeis
á
la gracia del So–
berano, cuyo indulto. o ofrezco en su real nombre.
Que se es caigan de las manos esa armas que os
lla·
dado· el Rey, an tes de que llegueis
á
empleada~
con–
·tra nue tro Soberano legítimo, contra mi qne S.
l\i.
ha
nombrado por Comandante ge neral de este egé rcito fiel,
y
contra vuestros amigos
y
compañerós de armas.
Seguidme, valientes que habeis militado conmigo.
Y
vGsotros. todos,. que abandonando
á
los perturbado–
pes de nuestra paz escucheis la voz irresi tihle del
ho-~
llOr,
de la Religioo, · del Rey y de la Patria.
Cuartel general de Orense Marzo
2
de
1820.
==El'
Conde de S, Ronzan..
r
>-
1
I
•
Encíclica del Obispo
de
Orense
á
los Alcaldes_,
Curas
r
Tenientes_,
f echa
3
de
Marzo_,
que entre otras.
cosas
dice:
Ya
por esto eonocen
' 'V.
á.
donde se dirigen mis peri-
-
-samientos , y mis paternale avi sos. Se nos presen ln ya,
á
Ja
Yisfa la escena mas lastimosa; el cuadro
m~s
hor–
ril)le de la anarqnía, del desórden
y
revo~ucion
que nos.
amenaza. Unos pocos
hon~bres.
mal hallados con la paz,
con la tranqu ilidad , con el órden, tratan de desorgan.i-·
zarlo todo, de scp.ararse de la obediencia
á
las
ley ei"