No
besara
tu voz
que
e&
delicatla
Y eurítmica ya hablartdo o ya contando
-Torcaz que entre las Jlores sureare-.
No
be~ara
tu ima!'en
a~ulatla
Cuando lejana edé&; pero llorando
El halo de tu& lágrim.u l>e&ara .
..
3
F
LORA,
como la diciUJ será tu sueño;
Á
una vibrante diclw
te
parece•.
Mirándote no
nJá~
.se vuelve todo
Urw
alegría de citara& de Grecia.
Tu llatna
e$IÚ
en la mar, est.á
en
la tierra;
¡Oh
tu llamD clavándo•e en mi pecho!
Tu llarTUJ aronta,
~ándalo
aro,nando
Pa,.aíso• o múrrnole•; tu llanta
En el ara de Dio•
y
del •ilencio.
Qué menújar es eco de t.u lwrrrWsura;
Qué asfódelo, qué mirto, qué a:;ucena.
Qué púdica paloma como tu alrnn;
Com.o tu alba
armonía,
qué sirena.
Gacela de diamante
y
de suspiro,
No es para ti la pena.
Para ti
Son los himnos, los
azallare~;
El alba
y
el
rocía.
Para ti
Canta amor el Cantar de lo•
CartUJre•.
Flora, lu:;
en la tierra.
Flora, cuál
paraí.oo.U
NA :wrsa mordía tu tobillo
Con delicado gozo de serpiente.
Y una paloma al $01 daba su l>rillo
De oro: tu •mtKre bárbara
y
caliente.