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MOISESI ARROYO POSADAS
sólo en el aspecto reivindicativo.
Percibid en el pro–
pio lenguaje del autor toda la belleza
y
fuerza expre–
siva de este nuevo americanismo :
"Chitulla
es
un cerro ancho
y ·
elevado, sus faldas suaves
"
están cubiertas de taya les y espinos; a distancia se le vé ne·
·• g ro como una hinchazón d e
la cordillera.... Los trigales iu–
..
gaban con el viento del ano checer
y
los taytas ork·os dormi–
••
taban en
la
lejan ía... El aguacero empezó a bailar sobre la
" tierra, me golpeaba sobre las orejas y en
la espalda ... El sol
'' débil de
la mañana reverberaba en
la calamina del caserío
" d e V enta nilla ... Alegremente el sol llegó al tejado d e
las ca–
.. sitas d el pue blo. Las copas a ltas de los sauces y de los euca–
.. liptos se animaron , el blanqueo d e
la
torre
y
de la fachada
"de
la Iglesia, reflejaron hacia
la Plaza una luz fu erte
y
her·
"mosa .. .. Los chaschas eran muy distintos (al Kaysercha, el
" perro grande d el principal), callejeaban
todo el día con las
''
orejitas pa radas, el rabo alto
y
enroscado, andaban alegres
y
prosistas en
todo el pueblo .. .''
Una nueva noc10n de la ec·onomía se incoroora en
la conciencia
indígena.
e
DONDE HACE PLATA
DON BRAULIO?
Corrientemente se vé la palabra "platudos".
El
concepto de la nueva división del trabajo capitalista
y
el realismo del asalariaao, cobran objetividad indubi–
table.
Los ingenios azucareros, las haciendas algodo–
neras, los yacimientos de petróleo, las minas, fundicio–
nes y fábric as, ¡¡.ciclen fuertemente en la conciencia del
nuevo indio.
Y
Arguedas es también un ágil cronis–
ta de este proletariado indígena a través de sus viajes
por el Cerro de Paseo. Sabe también del mod erno so–
cietarismo democrático
y
pr'agresista de las comunida–
des
d e J a uja.