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puesto (ej.:
huenlhu pagi,
el león); en cambio, tratándose de
aves, se antepone
alka
(ej.:
alka achau,
el gallo).
Para expresar el plural de los nombres de personas se emplean
los pronombres, que son las únicas palabras provistas de formas
especiales para indicar el singular, dual y plural (ej.:
kiñe
wenlru,
un hombre;
wenlru e?-en
[
=
hombre ellos], los hombres).
Las posiciones lógicas del nombre en la oración se expresan
por medio de partículas pospuestas a la palabra conceptual (ej.:
chao,
el padre;
chao ñi,
del padre;
chao meu,
para el padre;
chao egu,
con el padre, etc.). Corresponden a los casos nomina–
tivo, genitivo,
casus commodi,
cornitativo, etc.
La forma elemental del verbo termina en
n;
no tiene sentido
temporal ni modal. El padre Augusta la llama «forma verbal
primitiva» y el profesor Lenz el <<tronco verbal».
Muchas palabras entran en la formación de los verbos, en
su mayor parte de origen verbal ellas mismas. Los conceptos
de «poder••, «saber» y «querer» se expresan con las voces
pepi,
kine, kipa.
La partícula
me
introduce la idea de «ir a hacer»;
la partícula
pa
«venir a hacer»;
pu,
llegar haciendo;
el,
hacer o
mandar hacer;
le
o
kile
estar haciendo;
pra,
subir;
naq,
ba–
jar, etc.
Además,
tu
tiene valor iterativo e intensivo;
ka
quiere decir
«otro• ,
ke
siempre;
rke,
de veras;
u,
hacia atrás, volviendo.
Lenz ha mostrado cómo fué formándose en el Mapuche la
expresión del modo y del tiempo verbal. Al puro tronco de un
verbo, que expresa la acción pura y simple y equivale a un
tiempo indeterminado (aoristo, o tiempo «puntual») se han
aglutinado los adverbios
temporales
a, vu, avu,
que corres–
ponden, respectivamente, al futuro, pasado y condicional. Las
partículas modales y los pronombres personales complementan
la conjugación, que es idéntica para todos los verbos.
BrnLIOGil.AFÍA. -
El decano de los gramáticos del Mapuche es el
P. LUYS DE VALDIVIA con su
Arte
;r
Gramática general
publicada en Lima
(1606), segwda por varias reediciones. En 1765 apareció la
Gramática Arau–
cana
del P. ANnRÉs FEBRÉS, en la ciudad de Lima. El señor
J.
T. MEniNA
ha recopilado una
Bibliografía de la lengua Araucana,
Santiago de Chile
(1897) en la que se detallan las demás gramáticas, diccionarios
y
catecis–
mos vertidos al idioma mapuche.
Entre los especialistas modernos ocupa el primer lugar el profesor
R.