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_,..81-

'te

lo

in rieihn~zemos

iie

la vida que con iente

á

perder en

el

augus–

to ·sacrificio, h"ciendo que vtva en nosotros mismos con la imitacien.

páfe~ta

de '"s virtudes

XLli = L• \·ista de lo q•te verifica Jesuc·•·isto en los altares de–

b~t:Ía

llenarnos de

t•onfhsion.

¿Cómo pódemns ver

sin

anonadarnos

de rubor

y

reconódmiento que el Dios de l ,,¡,•erso obedezr.a con tan–

t a exactitud

nuestra voluntad, mientras

qu e·.

nos nogamos· r._osotros

á

obedecer á

la s •ya; que el monarca de

todo lo criado bajo . por

nuestro amor del solio de

011

grandeza, mientras q•te nosotros no pen- .

s_amos •rias

.que

~n

alzarnos

e

hinch•rnos de orgüllo; que el Sa;vador

se prive de

t.••

dos sns

,entidos en

tanto q t•e ilo>otros

tan solo pe1i–

aamos en satisface r los r.uestros; que ll eve una

1

ida oscura

y

absorta

eo Dios, mientras qué

la n"estra es disipada

y

mundana? ¡Ah! jamas

cefebram<-s

lus s•grados misterios

~in

.q 11e

Jesu cristo nos afee tacita–

mente nuestra conducta

y

condene la estrema oposicion

de nlfestra

vida con la que lleva en nuestrós altares:

Arguam ie, et staluaiii

<'O.!·

tra

fam:eTii .

tuam.

.

.

. .

·

·

XLIII.-Asi como todos los e_ricomios sobre la dignidad del sacer–

d dcio son náda en coriiparacion de la escelencia de este .e<tadQ sublime,

escéiencia qu e es

en cierto· n:odo i nfinlto; asl

todo lo que pudiera

i~tütgin arse

acerc·a de la santidad que ex ige su ministerio, es iuferior

á

lo q 11 e t cq uiere; pues debe ser proporcionada á

S

ti

grandeza. No

obst~nte;

al emitir esta

~erdad,

no pretendemos alfjar

d~

los santos

~ltare·s

··los sacerdotes .qu e viven religiosamente, si h'ien tienen aun

s~s

defectos, por

los cuales gimen y cuyá enmienda sinceramente desear!;

~1

co'ntrario g rave cul pa seria la suya si se alojasen de

los

sa•Hos

11

1tarés

1

.Ó'

clesempeñ•seil

con tib•eia las sagradas funciones; mas deben

apiÍcarse; en cuanto

~ste

en su mano,

á

:i.dq

úirir la saótid&d que requiere

su estado,

y

itl mismo

tiempó deben esperar que Di0s que es un

J'atlre

de bondarle<

in-finitas,

perdonará

las im perfecciones que tr•e

con~igo

la f¡·agili.lad

hum.na

, con tal que en ellas no envejezcan po¡

apego habit ual

y

ncgligeneia.

,

.

'

'

---

~~-VIA SACRA

EN LENGUA.

AJ)TO DE CONTRi r' Iü'N.

Apu Yaya Jesucristo, checcacc Dios, checcacc runa, ca–

maqquey, qquis l'ichiquiy Dios: Ccan Yayaytan yupaychay–

qui, hualluyqui, pin ccan casccayquirayc_u!

chica ccayacucc,

lla •·a atipacc mana yupay allin. Y, ñinim ccampi, suyacunin,

xnunayqui, tucuy yuyayniyhuan, callpayhuan, aonccoyhuam-