pa y solitario; varias especies de monos co–
mo el silbador, el nocturno o
tutaco,
el
chichilo, elleoncillo,
el
maneche
o
cotosam–
bo,
'el
bragado
y el
marimono,
que es el de
mayor talla entre todos;
tatos
o armadillos
de distintas especies y tamaños; puerco es–
pín,
perico ligero, chancho del monte
soli–
tario, el chancho de grupo o
tautecú
y el
chancho de tropa o
yumano,
considerado
como el jabalí americano y que se presenta
periódicamente en número tan crecido que
suele pasar de centenares; el
puma,
el ja–
guar oscuro y el grande, vulgarmente co–
nocido como tigre; el
tigrecillo
y el gato
montés, el
anta
o
tapir
y
varias clases de
venados.
LA VIDA HUMANA
RAZAS. POBLADORES TíPICOS
Las razas que pueblan Caupolicán son las
mismas que existen en el resto del país; la
blanca, descendiente de europeos y en nú–
mero limitado, concentrada en la región ' de
Apolo; la mestiza, que vive en las poblacio-
Une palmera datilera en una casa de Apolo.
nes urbanas y los núcleos campestres, adap–
tándose igualmente a las modalidades del
hombre blanco como a los usos y costum–
bres de los indígenas, pudiendo decirse que
el mestizo hace vida de indio en el campo
y se nivela con el blanco en los pueblos; la
indígena, que es la más numerosa y está
distribuída así: los
aimaras
habitan la pu–
na correspondiente a la segunda sección,
Pelechuco,
h~sta
las inmediaciones de esta
localidad, donde se habla indistintamente
español, aimara o quechua; toda la parte
baja, de Pelechuco hacia el norte, está po–
blada de
quechuas
nativos y de procedencia
peruana; pero entre éstos hay diferencias
sustantivas: mientras los últimos no dejan
de ser altiplanenses trasplantados, los que–
chuas aborígenes descendientes de los
leeos,
tacanas
y en general de los
chunchos
pri–
mitivos, se asemejan bastante a los indios
del Beni, por su aspecto físico, su indumen–
taria, sus costumbres, aptitudes e inclina–
ciones. Han quedado fuera de la jurisdic–
ción de Caupolicán los bárbaros de la mar–
gen izquierda del Tuiche y los del Madidi,
que corresponden ahora a la
provinc~a
ltu–
rralde.
GÉNERO DE VIDA
El
aimara
de la puna y las serranías in–
mediatas a la cordillera vive en forma pri–
mitiva, dedicado a la crianza de alpacas y
llamas, de cuya lana se viste y con cuya
carne se alimenta. De lós demás comesti–
bles, se provee en los valles de la provin–
cia Muñecas. Adquiere también algunos ar–
tículos alimenticios en territorio peruano,
a cambio de lana. El azúcar es una golosi–
na muy 1·ara y que más usa como medica–
mento. Consume alcohol solamente en de–
terminadas festividades, y es parco en la
masticación de la coca, tanto por el costo,
superior a sus posibilidades económicas,
como por la dificultad de conseguirla; esta
coca proviene de Apolo. Desconoce la agri–
cultura y no cumple otra labor que el pas–
toreo.
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