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les, celosos y llevados de augurios. Entre

sus prácticas predomina el embaucamien–

to. Averiguan, por ejemplo, a su paso por

los pueblos, de algún enfermo y ocultan

cerca de la casa algún sapo con alfileres,

enterrándolo luego vivo; después se presen–

tan como

indiferente~

y son llamados a la

curación del enfermo. Tras de ciertos arti–

ficios, y averiguaciones sobre el mal, atri–

buyen la enfermedad a sus enemigos y

ubican el animal hechizado.

Entre las costumbres regionales, se se–

ñala la que practican en carnavales, con

motivo de la repartición de tierras de la–

branza. Llevan al corregidor, quien calza

con espuelas de plata. Antes de ello, esco–

gen en la casa de éste una pieza aislada

donde colocan una mesa cubierta de paño

negro, con cuatro ceras encendidas, grail

cantidad de coca extendida por en medio;

y sobre ella una botella de alcohol. En esa

mesa practica sus exorcismos el br.ujo más ·

antiguo, con vocabulario callaguaya, y sus

ayudantes le presentan conejos vivos de los

cuales escoge cuatro para sepultarlos en los

cuatro puntos cardinales del terreno esco–

gido. Una vez realizada la operación, re–

tornan al pueblo con gran algazara

y

be–

ben hasta después del miércoles de Ceniza.

EL PAISAJE EN RELACióN CON EL ESPíRITU

DEL HABITANTE

La configuración topográfica, las exce–

lentes condiciones climatológicas y la tierra

condicionada a una productividad feraz y

espontánea, hacen que, en general, el ha–

bitante de estas regiones se muestre suma–

mente hospitalario, solícito y cordial no

sólo con el extraño al lugar, sino en su

misma convivencia social. Como pocos pue–

blos del Departamento, son elementos pro–

gresistas, afanosos de superación. Se de–

muestra ello en la secular costumbre que

tienen los vecinos de diferentes

puntos~

cuando se trata de dar realce a la festivi–

dad religiosa. De distintos centros del De–

partamento se trasladan a Chuma u otro

lugar, portando sus personales presentes de

devoción. Quién más, quién menos, llevan

desde La Paz, aunque sea, ceras artística–

mente trabajadas. Ese amor al lugar del

nacimiento es excepcional y se transpa–

renta en toda clase de manifestaciones

sociales, culturales y deportivas. Parece

que la naturaleza, en gravitación 'perma–

nente, determinase en ellos un apego sin–

gular, material y espiritual, a cosas y per–

sonas.