sieron recibir, que t ernía a siete o ocho quilates el peso;
y que no vieron más casas chapadas de oro de éstas dos,
porque los indios no les dej aron ver toda la ciudad, y
que por la muestra y parecer de la ciudad y de los ofi–
ciales de ella creen que hay mucha riqueza en ella; y
que hablaron allí al capitán Kiskis que tiene esta ciudad
por Atau-Wallpa, con treinta mil hombres de guarni–
ción, con que la guarda, porque confina con caribes y
con otras gentes que tienen guerra contra aquella ciu–
dad; y otras muchas cosas dijo que hay en aquella ciu–
dad, y de
la
buena orden de ella, y que el principal que
con ellos fué viene con los otros cristianos con seiscien–
t as planchas de oro y plata, y muc)la cantidad que les
dió en Jauja
el
principal que allí dejó ChaJlkuchima.
Por manera que en todo el oro que traen vienen cien–
to setenta y ocho cargas y son las cargas de paligueres
que las traen cuatro indios,
y
que traen poca plata, y
que el oro viene a los cristianos poco a poco y detenién–
dose, porque son menester muchos indios para ello y
los vienen recogiendo de pueblo en pueblo, y que cree
que llegará a Caxamarca dentro de un mes.
El oro que se ha dicho que venía del Cusco entró en
este pueblo de Caxamarca a trece días de junio del año
sobredicho, y vinieron doscientas cargas de oro y vein–
ticinco de plata; en el oro al parecer había más de
ciento y treinta quintales ;
y
después de haber venido
esto v1meron otras sesenta cargas de oro bajo; la mayor
parte de todo esto eran planchas a manera de tablas de
caja, de a tres y a cuatro palmos de largo. .
Esto quitaron de las paredes de los bohíos, y traían
agujeros que parece haber estado clavadas.
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