C'CSCO HIS'romu
Lric.a
n
tl'l.8:s
ampll ;
1.
e n
do
la.
1-
va,
en
:IW;
bren
~clo
Ja.c;
pla.tl.taciones
arbo-
ltt; fruta.Jcs,
de
ca.fia.
de azuc8.r
y
coca. el arbusto d1vi·
no de
los
Incas,
6in
cuyo Jugo
el
indio no habria podido
reststlr
5U
destino
trarfoo.
En
el
pongo Ma.inique. el Urubamba
pa.rte de
un
hacham gigan00sco
la.
Cordillera Oriental
y,
hecho
ca.·
ta.rat.a, se lanza a
l&
selva
pa,ra.,
luego, aquletar alli sus
tremores
y
dfscurrir lentam.ente.
En
las
rocas del pongo
M.ainlque, en Yavero, en
Mant.o,
hay
grabados signos
antigUOCI,
postblement.e
d.ejados por gentes de
la
selva
que traJeron
hacia.
la.
slerra
Ult&
.Prnnitiva
pero
gra.nde
cultura, gentes del
Jegend.ario
imperlo <iel Paititi.
Pero no ea
s6lo
el
valle
del
Urubamba.
1
valle longi–
t.udinal que oorre
de
sur
a.
nort.e, el Ul1ioo gran va.lle de
Ouaoo;
lo
son tambien:
el
a.ngosto
y
t.erriblemente caJuro-–
~o
del Apurimac de produccl6n m.aravillosa
por
su riqueza
y
variedad;
los
de La.res
y
PaucartambO,
y
los que
d~iendt:n
hacia
el
Madre
de
Di.ospor
Joa
rios
que
se
e.Umentan de los deshielos del Apucafiacway, donde se
halla
al
para.jede
Trus
Cruoe.s,
gigantescO mirador sobre
la
Belva., desde el euaJ se oontempla.n sa.lida.s de sol que,
una vez
vista.a,
se qlredan siempre en
las
retinas.
Puna,
quebrada
y
va.Ue,s1ntes1s de
Wd.oslos climas
y
de
t.odas
las
altitudes:
tal
la
tierra.
cusqueiia,
la.
tierra.
en que re him palacio,
fortaleza
y
templo, ca.mino
y
acueducto,
la voluntad del indio
senor
de la
Montana .
del indio
perua.noa
quien nos
proponemos exhibir
e11
brev~ cuadr~.
E
. N D
Ell el ea.mpo
y
en
la
ciudad, en lo mis
esca~
de
la.
altitud, en lo mis heJado
de
la
puna: alli
lo
00-
neis, andando a
pa.socanstno por las herraduras
inter–
mina.bles o sentado al borde de su clloza mirando ere•
cer la yerba,
aletargad.asen
el la
imaginacl6n
y
la
vo–
luntad
que
le
hiciera.n otrora
notable cera.m.tsta, talllsta.
inBigne,
arquitect.o ma.ravilloso. pintor, mU.sico, da.nza.rin
sobresalientes.
Es
el personaje central de los Andes
el
incti<>, en cuyo tempera.mento
~
ahora. los
inteleee
tuales de Amrlrica ,
En
el
atajo que salva
las
ba.rra.ncos detris de arriaS
de llamas de grandes
ojos,
en los que se
durmio
'la.
in–
~nsirfad
de
los
paramos
andinos,
y
de
}¥gos
cuellos
elasticos
(lamina.
40>.
aparece
este actor, como un
espi•
ritu que vigila la sierra bravia
y
le da
un
mas
prof
un•
do .sentido: rn la cumbre lo
vereis
humlldoso,
brindando
a
la.
"apacheta" su
mejor
coca, para
d~spues
trepar
los
mas
escarpados
senderos,
realizando
asi el
eulto a.n–
oestra.l de las alturas.
En
los elevados pastizales, muy
cerca de los
nev~ros
ingentr-s, vigfas
de
esa vasta ex–
tensi6n que se
expla.naen el
paramo
donde llamas, car–
neros, pacochas
y
vicu:fias
triscan
~l
duro "ichu"
y
se
oontorsiona.i encrespa
y
haoe
laberintica
en
quebr.tda.S
y
vanes.
t>J
indio
pastor es
la
vo2i de
la
montafut
solemne
y
melanc6lica.
y
su quena o pututo,
Ia
for•
--En
las cercania<s de
~j.
el obsena.torio solar, el valle
sag-ra.dode
J~
Inca
:;)e ofrece
en
tdda
s
marnifi~neia.