por indios de sangre pura
y
que conservan cos–
tumbres típicas, desde sus antepasados.
Asimismo, será indispensable que el
tu-1
rista
haga
un
viaje
de circunvalación
por
01 lantaitambo
y
Plsacc.
A Ollantaitambo se va por el ferrocarril
a Santa .Ana, con un recorrido de ciento cua ·-
,
renta
kiló~etros
{ida
y
vuelta). El tren llega
a aquella población a las
11
a. m. ; tarda dos
horas, y vuelve a la
1
p. n1. Hay un hospedaje
donde se almuerza.
Aprov chanclo de ese ti
ropo
se asciende
a las ruinas que están a pocas e ad a de la
estación ferroviaria. Alli se puede conternplar
las estupe das uinas que todavía quedan de
las grandes viviendas foPtificadas que .fueron
construidas sobre
1as cu1nbres de los cerros
próximos. Quedan restos de un gran muro
f
or–
n1ado por enormes piedras pulidas
y
con cuñas
también pétreas, en las junturas; así como ex–
tensos vestigios de adoratorios, con los
inuros
llenos de alacenas, de viviendas , fortines, ata ..
layas, lugares de sacrificos, ets. Se trajeron las
piedras de una cantera a la ribera opuesta del
río v"'ilcanota;
y
aun existen en ese sitio algu–
nos blo"ques enormes a medio hacer. No se sa..
he como los·
han
hecho pasar el río.
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4! -