66
S . A S T E T E
('
H .
venda
reconH~nclándo1P
que se fi jn–
se bien en todo cnanto
iba.
á
ver
pcl.–
ra
dar
cuenta
a su amo.
Lo que vió el esrla,·o Mariano
Que
ya
así
desvendado
Higui
ron
av'an.zando
por una
galPría
estrecha
hast,a que
llegaron a
u1las
cueva8
ámplias
como
salones en
IR~
que
lo
primero
qne
11amó
F;U
ritención
fuP
un
gran candor de tamaño natural
q
u~
con las alas desplegadas parecía
es–
tar guardando la
entrada;
que
á
la
luz del farol pudo observar que esta–
ba hecho de oro como le conflrruaron
sus acompañantes, que dPspnés su
vista sufrió
una especie
de
alucina–
ción por
que
por todas partes veía
plantas
i
animales
todos hechos de
oro, pero tan estraños, que no re–
cuerda haber visto
nunca
semejantes;
n1uchos de estos rarísimos que ni en
sueños
los había visto
antes;
que
también vió un montón de pepitas de
oro de
las
que
fué autorizado
á
cojer
las.
qu~
quisiese
para llev·ar
a .su,.
amo;