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PROLOGO
El estudio de los trabajos literarios en que se
contemplan de ce;rca, trasladadas a los hechos episó–
dicos, a los cuadros de costumbres, la vida primi–
tiva
y
la condición actual de la raza, ha merecido
en todo momento nuestra aLenci6n, la misma volun–
tad con que hemos estudiado los papeles viejos, las
ruinas olvidadas, las huellas que la intelectualidad
y
el
sentimien~o
indígenas han Jejado impresas en los
más apartados rincoues de estas serranías.
López Albújar sabía de eslias afici ones por nues–
tras frecuentes charlas literarias, en los momentos
que la labor del código
y
del papel sellado nos de–
jaba más o menos disponibles. Recogió de nosotros
algunos datos, algunas observaciones inéditas; se pu–
so al habla con cuantas personas podrían suminis–
trarle informaciones en el terreno,
y
entabló con
el las cerradas conferencias, cuestionario escrito en
mano, para no perder detalles
y
conservar el espí–
ritu de la época
y
el tinte 1ugareño del relato. Por
~mpuesto,
su imaginación de poeta ha tenido que