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EL CUZCO HISTORICO Y M O NU:M; ENTAL
a.i que n o es permitida la entrruda, se dice que existen algu–
n os r estos, como muros, nichoo, pasajes, etc.
Sólo los muros e1X,teriones que t0tdavia . quedan en el
Kkicllu de L or.eto y en lws actual·es -calles de Santa Catalina
An gosta y porta1 d·e Carrizos, todo lo que C()II]l'Prerudia b
inanzana del Palacio de las A cllas, .dan idea de su fabrwa –
ción antigua.
Abajo del tem'.Plo, á. cosa de treinta pasos, la
c,alle, se ve, sin e=bargo, un fra gmen to de muro de p iedra
negruzca, inclinado hacia d entro, tan perfectrumente labra–
d.o y tan admirabl en sus junturas, que sólo t ien e parecido
co n los muros de Te<Inplo del Sol (Sallito Domingo) .
ocho m hu~dais de Arequi_pa. por •ll
t e.rremoto de '.160&, 11eg r en e<brer de 1605 y
fu llJdaron el Ca.ta.1ina, en el palaicio de
las Aclla.s que fu' d:qu · " fa,rt~n ·d Olmos1 su antiguo
propie tario. El bispo Anfo11io de La Raya, quinto ObiGpo
d·el Cu:oco, les fadlttó u. e-sta'blecimie.ruto.
El templo, con cloo p·uertru:s laterales de entraida, no ofre–
ce na•da d·e notable en su :tiábr:iica. Su faicJiruda es muy p Cl'br e.
El interior ofrec.e hoy un aspecto ailegre é i n teresante,
~OIJllo uno de lós templos mejor co.nservwdos y tenidos del
Cuzco, gracias á la.s reciientes de restauración llevadas
~ caibo por las monja , bajo la hábil y ex:perta dirección del
pintor peruano Feüpe Co fo del Pomar, que es el reittaura·
dor de Jo.s hermo í imos cuadros que hoy decoran las pare–
des deil r ecinto.
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